BARRERAS INFRANQUEABLES

Miro por la ventana y veo barreras insuperables, la montaña está muy alta y no te deja ver lo que hay detrás de ella, es como un muro imponente, infranqueable, imposible de saltar hasta con la mirada, es un querer y no poder, es intentarlo y fracasar, es desesperarse, porque te quedas mudo, quieto, sin fuerzas, sin ganas de vivir, es la lucha de David contra Goliat, es la lucha del débil contra una fuerza mental que te arrastra hasta la destrucción, es dejarse llevar y claudicar, es sentirse vencido y humillado. Te abandonan las fuerzas, físicas y mentales, eres como una bola de papel en medio de un huracán, como una patera en el gran océano, eres un ser humano abandonado a la destrucción total.
Todo esto, es un estado físico y mental, en el que caen muchísimas personas, muchas más de las que creemos, las tenemos a nuestro lado, en nuestras familias, en nuestro círculo de amistades, se entregan a una forma de vida que luego es dificilísimo salir, es tan fácil entrar, y está rodeado de tantos atractivos que muchos jóvenes y no tan jóvenes caen en sus garras, para luego entrar en la vorágine de estados de ansiedad, depresión, dependencia, de destrucción total del ser humano
La sociedad en la que vivimos, el capitalismo atroz que nos devora, hace crecer estas forma de vida, el triunfo del otro y mi fracaso, los ricos y los pobres, los guapos y los feos, modelo de sociedad que prima al ganador, al guapo, al rico y machaca a los otros. Nuestra juventud copia ejemplos de vida o modelos de hombres y mujeres que tienden, según la publicidad, a la perfección, y cuando se dan cuenta de que la vida no es así, a lo mejor ya es tarde y están inmersos en la vorágine de la cocaína, las drogas de diseño etc, que utilizan en principio como vías de escape y luego caen en las garras de la dependencia, con todo lo que ello conlleva.
Difícil solución tiene este problema, pero que tiene que empezar con la represión mas absoluta y más despiadada de aquellos que se enriquecen traficando con sustancias que matan a nuestro hijos.