NI DE COÑA

Me adhiero a la campaña iniciada en la blogosfera contra la ley aprobada por la Unión Europea, en donde se permite la ampliación hasta las 65 horas semanales del horario laboral de los trabajadores.
Estos "cabrones", que no pegan palo al agua, que cobran auténticas millonadas como sueldo, que viven en hoteles de lujo, que comen en los mejores restaurantes de Europa, que tienen secretarios hasta para ir al baño, que tienen chóferes en cochazos de ensueño, se permiten la atrocidad de aprobar un horario laboral semanal que nos retrotrae a principios del pasado siglo veinte, cuando los trabajadores luchaban por la reducción de una jornada infrahumana. Exactamente, la que estos descerebrados han aprobado días pasados.
Yo desde aquí, pido, que si no nos oyen, salgamos a la calle, y luchemos por nuestros derechos, por las buenas o por las malas, civilazadamente o a lo bestia, pero esta agresión a los derechos de los trabajadores no puede quedar impune.

La propuesta de la comisión europea de aumentar la jornada semanal a 65 horas representa una lamentable involución y un atentado contra los derechos de los trabajadores.

Han sido muchos años de lucha, muchas generaciones de movilizaciones las que han hecho de Europa un lugar donde el concepto “derechos sociales” significa algo concreto. Si algo debe ser Europa es un espacio social donde los derechos de los ciudadanos deben respetarse y la propuesta de la comisión nos devuelve al siglo XIX, a las jornadas de sol a sol y a los sueldos de miseria.

La infame propuesta de la comisión, para ser efectiva, debe ser ahora aprobada por el parlamento europeo, e Internet debe convertirse en la vanguardia de la oposición a la misma.