jueves, 11 de septiembre de 2014

OLVIDO


El olvido, es sin duda, uno de los pecados más frecuentes del género humano. Nos olvidamos frecuentemente de aquello que quizá nos causa dolor, esto, puede ser , un acto defensivo para no recordar situaciones que nos han afligido. Nos olvidamos sobretodo del dolor individual, y es comprensible, pues creo, que nadie quiere recordar situaciones o hechos, ante los cuales sufrimos. Lo que es inaceptable, bajo mi punto de vista, es el olvido del dolor colectivo, en este caso, me refiero, al dolor que tiene su génesis, en el exterminio generado por los vencedores de una guerra civil, cuando esta ya había concluido. Exterminio ignominioso, aberrante, y criminal, que dejó a más de 100.000 personas, fusiladas y enterradas en cualquier sitio de este país. Y ahí siguen. Es un olvido colectivo, a nivel institucional, y en la calle. Los que supuestamente nos dirigen , nos dicen, que remover viejas heridas, es malo para la estabilidad del país, las nuevas generaciones, simplemente, no saben lo que ha pasado, o no lo quieren saber. Pues el que suscribe, aunque me tilden de pesado, reiterativo, e incluso de mentiroso, porque parece ser que la historia, es completamente distinta a la de mis percepciones, pues a pesar de esto, sigo recordando que, hace no muchos años, un hombre bueno, solidario con los más necesitados en tiempos muy difíciles, amante de su familia, y un gran profesional médico…pero a la vez, progresista, fundador y militante de Izquierda Republicana…..fue vilmente asesinado, y enterrado en algún lugar de nuestras queridas Terras Do Incio. A él, le quiero dedicar estas líneas, con el compromiso, que mientras no sé nos permita darle sepultura cristiana, como el era, ferviente católico, seguiré recordando a D. Manuel Díaz González, Médico y Alcalde de Incio, que yace en algún lugar de la tierra de nuestros orígenes. Seguiré recordándolo, aunque los que olvidan, nos quieran hacer creer, que este suceso nunca existió.
A mí, mi padre, cada 11 de septiembre, me recordaba, que aquel nefasto día había existido, y que, mientras los asesinos lo celebraban en el bar, él, lo enterraba clandestinamente , cerca del viejo cementerio del Incio. Un recuerdo emocionado para los dos.